El terror, como género, es un poderoso vehículo para la metáfora, ya que permite a las personas explorar con seguridad sus miedos más profundos con una sensación de seguridad a su alrededor. Un ejemplo de esto es Misery, el libro de Stephen King, que teje temas de adicción en su narrativa que se basan en las propias luchas del autor.
Si alguien realmente ha explorado las profundidades del género, ese es Stephen King. El prolífico escritor ha escrito tantos tipos diferentes de historias que exploran los aspectos más oscuros de la humanidad, tanto con realismo como con ficción.
Desde antiguos males cósmicos como 'IT' hasta la atracción misteriosa y sobrenatural de 'The Overlook Hotel' en 'The Shining', su contenido es variado y no tan extraño en lo que respecta a los elementos ficticios. King ha sido abierto sobre sus propias luchas con la adicción y el alcoholismo, pero Misery es especial porque tiene una cruda historia detrás.
'Misery': la cruel historia de asesinatos detrás de la mejor novela de Stephen King
'Misery' de Stephen King es una novela sobre el dolor, la obsesión y la escritura. Paul Sheldon, el protagonista de las historias, tiene 42 años. Es un escritor célebre, dos veces casado y divorciado, bebedor, fumador, y está metido en muchos problemas.
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La configuración de Misery es simple e icónica. Paul Sheldon es mantenido cautivo por una mujer, Annie Wilkes, que afirma ser la "fan número uno" del autor. Es fanática de su serie 'Misery', pero no le gustó lo que el autor le hizo a su personaje favorito, ya que la mató en el libro más reciente.
Si bien esto es algo que ciertamente es un tema personal para King, quien seguramente ha recibido numerosas críticas y quejas de los fanáticos de sus muchas historias diferentes, las conexiones son aún más profundas de lo que está disponible en la superficie. En el pasado, King ha dicho explícitamente que Annie Wilkes representa la cocaína.
Esto no solo resalta sus propias luchas con la adicción, sino que muestra la calidad seductora de las drogas y cómo puede hacer que alguien sienta que puede lograr algo, como escribir una novela, incluso bajo presión.
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Si bien la relación retorcida entre Annie y Paul se ha descrito como todo, desde el síndrome de Estocolmo hasta el romance oscuro y la tortura total, y se podría argumentar que todo esto es correcto, en cierto modo, la relación de King con el personaje de Annie se manifiesta en el personaje de Paul.
Paul anima a Annie a escribir El regreso de Misery aunque parece saber, con bastante certeza, que completar el libro hará que ya no sea útil para ella; ella tendrá el final que quiere y no necesitará tenerlo cerca.
La miseria también contiene paralelismos con la lucha que muchos escritores experimentan con la duda de sí mismos y cómo recurren al abuso de sustancias para compensar; esto está marcado por la adicción a los analgésicos y la bebida de Paul.
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La relación entre Annie y Paul cambia los vicios literales por los figurativos. Paul definitivamente no está en una buena situación debido a su estado de cautiverio, ni a la amenaza constante e inminente de daño físico e incluso la muerte, pero termina siendo más productivo incluso si es forzado.
Cuando se coloca junto a la prolífica habilidad de Stephen King para producir Misery y otras historias, pone las cosas en perspectiva de que el autor realmente les ha dado un regalo a los fanáticos, incluso si a veces sufrió por su arte, tal como lo ha hecho Paul a lo largo de la novela.
Misery es una pieza icónica dentro de la literatura de terror y lo más la diferencia del resto es su transfondo ya que incluye muchas de las addicciones por la que el mismo autor ha tenido que pasar y también la inspiración en Genene Jones, la enfermera vocacional acusada y encontrada culpable de inyectar drogas peligrosas a varios bebés, con el objetivo de crear una emergencia médica y ser reconocida por atenderlos y cuidar de ellos.
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El paso de Jones por el Bexar County Hospital en San Antonio, Texas dejó como consecuencia la muerte de decenas de bebes, donde todas y cada una habrían sido en situaciones misteriosas y casualmente eran los casos que estaban a cargo de la enfermera Jones, llamando luego el turno de la enfermera como el "Turno de la muerte".
El hospital encontró que los niños tenían hasta 10 veces más posibilidades de morir durante el turno de Genene, y lo raro es que dejaban de respirar incluso cuando habían estado estables antes o incluso tenían sangrados sin una razón, y pronto el equipo comenzó a pensar que no podía ser una coincidencia.
Aunque el lugar donde trabajaba la enfermera Jones sospechaba de ella, no querían de ninguna forma darle mala publicidad al hospital y por ello, no llamaron a la policia ni la despidieron. La solución más viable que encontraron era trasladar a otra área porque requerían tener como enfermeras a personas que fueran registradas y así no se notara el despido.
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Después de un tiempo Genene Jones se retiró del hospital y posteriormente en la investigación que se inció sobre ella arrojó el resultado de que a enfermera estaba conectada con al menos 10 muertos, pero para ese punto, Jones ya estaba en otro hospital y más muertes comenzaron a suceder, y varios niños comenzaron a enfermar después de visitas de rutina.
Fue la muerte de Chalsea McClennan, una niña de 15 meses que había ido al hospital por sus vacunas correspondientes, lo que llevó a que investigarán nuevamente a Jones y a que fuera detenida. Aunque solo fue condenada por el asesinato de un niño y la lesión de otro, el fiscal que llevó su caso, Ron Sutton, dijo que se estimaba que Jones había sido responsable de entre 11 y 46 muertes de bebés que sucedieron desde 1978 hasta 1982.
La acusación de muerte de Jones la llevó a ser condenada pero ella con buen comportamiento logró que le redujeran su sentencia a solo 35 años, en el 2018 aunque le correspondía su libertad condicional, no fue así, para lo que en el 2020 la obtuvo pero tiempo despúes ese mismo año se le acusó del asesinato de otro bebé a lo que ella se declaró culpable y le llevó a obtener esta vez cadena perpetua.
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