El fin del streaming tal como lo conocías (y de tu presupuesto)

Hace no mucho tiempo, la televisión tradicional tenía el monopolio con respecto al entretenimiento audiovisual. Con la llegada de Internet y su proliferación, YouTube y otras plataformas como Twitch comenzaron crecer tan rápido que las compañías se dieron cuenta que el streaming sería muy rentable en el futuro.

Fue así como nació Netflix, una novedosa plataforma de streaming por Internet que ofrecia un catálogo muy variado. Grandes producciones habían firmado acuerdos de alianza con ella para distribuir su contenido a nuevos públicos, pero las ganancias de la empresa fueron a tal nivel que, como era de esperarse, todos querían un pedazo del pastel.

De pronto, actualmente tenemos numerosas opciones de servicios de streaming, plataformas que ofrecen su propio contenido exclusivo y producciones enormes que intentan convencer al espectador de invertir su cada vez más escaso presupuesto en una suscripción mensual. ¿Estamos llegando al límite de los servicios de streaming?

El fin del streaming tal como lo conocías

El 2019 fue una muestra de lo que vendría en las guerras del streaming. Se anunciaron grandes acuerdos de exclusividad en Estados Unidos para programas antiguos populares, como 'Seinfeld' (Netflix), 'Friends' (HBO Max) y 'The Office' (Peacock), lo que demuestra que un catálogo con series exitosas es sumamente importante para el éxito de un servicio de transmisión.

Se lanzaron Apple TV Plus y Disney Plus, brindando a los consumidores aún más opciones para elegir. Y varios nuevos servicios de transmisión revelaron fechas de lanzamiento, precios y su propio contenido exclusivo. Recientemente, Paramount Pictures anunció su propio servicio de transmición junto a VIacomCBS, lo que agrega otro servicio a la lista.

Más en Ezpoiler: Netflix Top 8: Las mejores películas en 2021 (hasta ahora)

Durante el último año y medio, más y más servicios de transmisión han debutado para desafiar el incuestionable reinado de Netflix, Hulu y Amazon Prime. Disney Plus comenzó a finales de 2019, seguido de HBO Max de WarnerMedia, Peacock de NBCUniversal y Discovery +. Pero, ¿Quién puede culpar a las compañías de querer tener sus propias producciones en un servicio manejado por ellos?

Es lógico pensar que, si alguien quiere ver una serie tan exitosa como 'Friends' nuevamente, debería verla en su servicio de transmisión original, y no en una distribuidora externa que sacaba provecho de su servicio. Hasta aquí todo bien. El problema viene cuando se integra el factor más importante de todo este negocio del streaming: el consumidor.

Si antes se hacía 'zapping' para encontrar un programa de televisión interesante, ahora los espectadores tienen que revisar decenas de catálogos de los diferentes servicios de streaming para encontrar una serie o película que quieran ver. Y no solo eso. Si de verdad quieren ese contenido, deberán pagar una suscripción mensual a la plataforma.

Una persona normal debería pagar un aproximado de 60 dólares al mes para obtener acceso a los principales servicios de streaming. Esto equivaldría a un total de 700 dólares anuales. Esto se separa mucho del actual costo del cable en cualquier parte del mundo, que en ocasiones es gratis y puede costar un máximo de 15 dólares mensuales.

La competencia es algo bueno en términos de programación original: cada año, los programas de televisión parecen mejorar cada vez más. Pero pagar tanto por mes para ver todas las grandes series nuevas no es ideal para la mayoría de las personas, especialmente cuando los servicios de transmisión estaban destinados a ofrecer una solución a una factura de cable considerable.

Es posible que no todos los servicios sobrevivan a las guerras de transmisión y, en el futuro, los estudios se darán cuenta que este modelo de negocio eventualmente colapsará. Muchos dicen que con la llegada de Paramount + se ha llegado al tope de los servicios de streaming permitidos, pero solo el tiempo dirá cuanto demorará en derrumbarse y qué solución darán al respecto.